Erase una vez en tiempos remotos, hace ya 100 años, Steve alquiló el piso de sus padres tras sus fallecimientos. Era un piso muy viejo, húmedo, justo a pie de calle.
Steve pensaba que era casi imposible de alquiler y menos vender.
Era un 31 de octubre, un día extremadamente feo y oscuro, como si se hubiese plantado de repente ese día un terrible invierno. Ya era de noche y Steve decidió ir a pasear por el bosque e inexplicablemente apareció un señor ya mayor, preguntándole si sabía de algún lugar donde podía pasar la noche puesto que llevaba muchos días a la intemperie, Steve le ofreció su piso de alquiler para que descansase ahí unos días. Steve lo acompañó hacia el piso, donde también le quiso dar de comer, pero él sospechaba algo de aquella persona. Al día siguiente fue a verlo al piso para a ver como se encontraba. Una vez que Steve entró en la casa, tenía una pequeña sensación de miedo, no encontraba al anciano, lo busco por toda la casa, entro en una habitación donde dormía. Buscándolo debajo de la cama, de repente escucho una puerta con un estremor chirrido y un fuerte golpe en el suelo como si un cuerpo humano hubiese caído. Steve se levantó de repente con la incógnita de que se podía encontrar, miró para el suelo y era el anciano con un hacha clavado en la nuca, totalmente sangriento y un ojo de cristal a lado suyo...
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