A través de la visión de Kafka, nuestro mundo común se revela en
lo que tiene de absurdo a la vez que en lo que tiene de excesivamente
organizado, pues Kafka lo describe todo con pleno realismo, tal como solemos
encontrarlo en la cotidianidad más vulgar, pero, a la vez, como vivido en un
sueño donde ocurren las cosas más tremendas, las que ni siquiera llegábamos a
formular. Esa extrañeza la analiza
muy bien nuestro escritor español más kafkiano, Enrique Vila-Matas en un articulo titulado “Kafka en el tranvía”.
Señala que en su primer libro Contemplación, (1912) Kafka ya expresa la
inseguridad y el absurdo:“Estoy en la plataforma de un tranvía y me siento
totalmente inseguro con respecto a la posición que ocupo en este mundo, en esta
ciudad, en el seno de mi familia”; o como dice Vila-Matas, la sensación juvenil
de la “extraña plataforma de la vida”. Esa extrañeza es un rasgo capital del
absurdo y fue Kafka el primero que le dio carta de autenticidad en el siglo XX.
Siguiendo su estela, buena parte de las corrientes literarias del siglo siguen
su huella, hasta hoy.
Señalamos en primer lugar la llamada “literatura del absurdo”,
representada en esencia por el teatro de Samuel
Beckett (1906-1989) Esperando a
Godot (1952)es su obra maestra en opinión de la mayoría de los críticos.
Gran parte de su producción posterior a 1945 fue escrita en francés. Una de sus
últimas obras es Compañía (1980), donde resume su actitud de explorar lo
inexplorable. Tanto en sus novelas como en sus obras, Beckett centró su
atención en la angustia indisociable de la condición humana, que en última
instancia redujo al yo solitario o a la nada. Asimismo experimentó con el
lenguaje hasta dejar tan sólo su esqueleto, lo que originó una prosa austera y
disciplinada, sazonada de un humor corrosivo y alegrada con el uso de la jerga
y la chanza.
Otros dramaturgos del absurdo son el francés Ionesco y Alfred Jarry
También el existencialismo (en especial el francés) tiene muy en cuenta a
Kafka, caso de Sartre y Camus. Sartre definió el movimiento en
una famosa frase “La vida es una pasión inútil” Camus fue ensayista y dramaturgo francés, considerado uno de los
escritores más importantes posteriores a 1945. Su obra, caracterizada por un
estilo vigoroso y conciso, refleja la filosofía del absurdo, la sensación de
alienación y desencanto junto a la afirmación de las cualidades positivas de la
dignidad y la fraternidad humana. El
extranjero (1942) narra un fragmento de la vida de Mersault, incapaz de
arraigarse a nadie ni nada (ni siquiera lo altera la muerte de su madre en las
primeras páginas) En su redacción tuvo muy en cuenta La metamorfosis, incluso a
nivel argumental.
Otra tendencia literaria que debe mucho a Kafka es el llamado Boom hispanoamericano, también conocido
como “realismo mágico”, con autores como García Márquez, Cortázar o Vargas
Llosa. Márquez declaró en varias
ocasiones que fue la lectura fascinada del comienzo de La metamorfosis la que
lo llevó a ser escritor. Cortázar
aplica el absurdo a la gran ciudad (París, en especial) en espacios como el
metro, el Botánico.. donde el juego le resta tragedia al sinsentido (un hombre
mira a un ajolote y se convierte en pez, en el metro desaparece un cuerpo por
la fricción de los miles de cuerpos diarios--) Poco antes que ellos, el
argentino Borges entendió muy bien a
Kafka en El jardín de los senderos que se bifurcan, relatos sobre
laberintos y pérdidas
Un caso curioso es el de Dino
Buzzati (1906-1972) En El desierto de los tártaros narra la historia
del teniente Giovanni Drogo, destinado a la fortaleza Bastiani, desde donde se
vigila el confín norte del reino que linda con "el desierto de los
Tártaros", perdida en un lugar inconcreto y en una época sin precisar. Nos
recuerda y asimila las novelas de Kafka por su simbolismo existencial. Coetzee, también muy influenciado por
Kafka, retomará su idea en Esperando a los bárbaros. La espera, el paso
del tiempo, los anhelos, las frustraciones, las encrucijada, pero también
cierta épica, llenan estas páginas que parecen no avanzar y que desembocan en
un final totalmente inesperado y aleccionador.
Para finalizar, conviene decir que España no es ajena al influjo
de Kafka y, en general , a la literatura del absurdo. El muy leído Delibes tiene varias novelas de
ambiente absurdo, sobre todo Parábola del náufrago (1969) Tanto Franz
Kafka como Delibes dibujan -salvando las lógicas distancias- dos náufragos
sociales en sus respectivas novelas. Difieren los modos de presentación, el
lenguaje, los planteamientos. Pero el mensaje, la consecuencia derivada de las
dos parábolas, no deja de ser parecida. Y la influencia de Kafka en la novela
de Delibes es patente a todas luces. En Parábola del náufrago se dan dos
procesos de degeneración del hombre en animal: el de Genaro Martín (que se
metamorfosea en el perro Gen, con la misma naturalidad que Gregorio Samsa) y,
al final de la novela, el de Jacinto San José, quien se convierte en cabra sin
que tampoco este hecho le produzca asombro alguno.
Ya en las últimas décadas, dos escritores españoles de renombre
continúan la tradición kaflkiana: Juán
José Millás y el citado (al comienzo) Enrique
Vila- Matas De éste último es Dietario voluble (2008).Confeccionado
como un diario (diciembre 2005 – abril 2008) va dando cuenta de lecturas,
sueños, encuentros, sorpresas, pensamientos, casualidades, homenajes y las más
variadas formas de la narración, en recuerdo de los Diarios de Kafka. …………………..
jjaja ¿cucaracha del bosque? ¿un poco irreal no?
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