Durante el reinado de Isabel I de Inglaterra (1558-1603), la literatura inglesa vive una época con una rica tradición teatral; el progresivo esplendor de autores y obras será coronado por la gigantesca figura de William Shakespeare.
Precedentes del teatro isabelino:
A finales del siglo XVI, el teatro adquiere en Inglaterra su forma moderna, a lo largo de un proceso muy parecido al del coetáneo teatro barroco español. Anteriormente, no había más que tres modalidades dramáticas:
- Teatro religioso, de carácter moralista y alegórico.
- Teatro culto a imitación de los clásicos.
- Compañías itinerantes, que representaban piezas cómicas.
Gracias a la protección de algunos nobles, surgen los primeros locales urbanos estables y el teatro se convierte en un espectáculo de masas, que gustaba a todas las clases sociales.
Teatros y público:
Las representaciones tenían lugar en los nuevos locales abiertos para los espectáculos teatrales. A finales de siglo XVI, Londres poseía al menos ocho teatros, lo que indica la popularidad del teatro.
- Los teatros eran edificios circulares o hexagonales, con una platea descubierta y rodeada de galerías.
- Las piezas teatrales se representaban a primera hora de la tarde para aprovechar la luz del sol.
- El escenario tenía dos niveles y la escenografía era muy pobre: casi todo corría a cargo de la palabra en escena y a la imaginación del público. El vestuario, sin embargo, era más elaborado.
- El público, en función de lo que había pagado, se sentaba en las galerías o veía la obra de pie en el patio.
- Los personajes femeninos eran representados por hombres.
- Más adelante surgió también un teatro cortesano que se representaba en locales cubiertos, anterior al cierre de los teatros de 1642, como consecuencia de la presión puritana y en vísperas de la guerra civil.
Características:
Lo cómico se mezcla fatalmente con lo trágico. Renovó felizmente el metro con el verso blanco, y fue sobre todo gracias a la renuncia a las reglas que el teatro isabelino pudo desarrollarse de aquellas formas nuevas en las cuales Shakespeare, Beaumont, Fletcher, Marlowe y muchos otros encontraron campo fértil para su genio.
Con otro estilo y otra técnica, los temas sociales se tratan de manera moderna, en toda su complejidad psicológica, infringiendo consolidados tabúes sociales (sexo, muerte, canibalismo, locura). Cabe pensar en el amor "prohibido" entre Romeo y Julieta, dos jóvenes de catorce años que deciden en pocos días casarse y huir de casa; en la representación del suicidio de los amantes. En El rey Lear, el abandono del viejo rey por parte de las hijas es el tema dominante (y no hay cosa que resulte más actual que el drama del abandono de los ancianos y de la fragmentación del núcleo familiar).
Que el teatro isabelino era un "teatro abierto" y no sólo en el sentido literal del término parece demostrado también por el sentido de autoironía de los actores y de los dramaturgos isabelinos. El actor gusta de hablar al público "entre líneas", para darle la vuelta al personaje mismo que está recitando.
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