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martes, 25 de noviembre de 2014

Romeo y Julieta sxxi relatos de grupo


Romeo y Julieta :


Él, que había vivido toda su vida en la gran casa familiar,que tenía el don de fotografiar la realidad con un lápiz y hacer surgir de un color verde botella un llamativo naranja ácido.Odiaba las camisas, y las corbatas y amaba las tartas de manzana de su abuela.
El francés ,en su boca sonaba armonioso  y destacaba lo familiar que era.
Su gran sueño siempre fué pintar, pintar y ver sus obras colgadas en las galerías más importantes de París.


Ella independiente y libre.Las luces de la ciudad fueron su hogar, y un coche su humilde morada. Abandonada a su suerte, sin un vínculo familiar que la rescatase, destacaba su increíble fuerza de voluntad


Se conocieron una noche lluviosa de mayo.Ella acaba de salir de su trabajo y corría por las calles de París intentando alcanzar el último metro de la jornada.
Él,un principiante parisino,se encontraba perdido entre las líneas azules y verdes marcadas en el empapado mapa.
Ambos miraron el reloj y aceleraron el paso.Entraron en la boca del metro, ella unos segundos antes que él.Bajaron las escaleras.A él se le notaba claramente desorientado, dejándose guiar por sus instintos.Ella caminaba segura, después de todo el viaje en metro no era más que otra de las actividades que conformaban su rutina.


Subieron al mismo tren pero por distintos vagones, él escogió el de la derecha, ella el de la izquierda.El viaje transcurrió en silencio, sin que ninguno de los dos supiera de la existencia del otro.Finalmente el anuncio de la última parada logró sacar a ambos de sus respectivos submundos, y el destino quiso que sus miradas se cruzasen durante dos segundos que lo cambiaron todo.


Él centró su mirada en los profundos ojos negros de ella.Denotaban tristeza, pensó.
Ella se centró en su físico :un cuerpo esbelto se lucía apoyado de la barra metálica.
Salieron por la misma puerta, sin poder apartar la mirada el uno del otro, como si tratasen de descubrir qué secretos escondía el otro.
Ella se fijó en el mapa arrugado y mojado y tomó la iniciativa.


-¿Necesitas ayuda?, te veo un poco perdido-Y rió ligeramente.
-Soy nuevo aquí,París es difícil para los principiantes.
-Eso mismo sentí yo al llegar, pero no te preocupes, te acabarás acostumbrando.
Le dirigió una última mirada , acompañada de una sonrisa,recolocó su bolso y corrió escaleras arriba, cómo si quisiese huir del destino.
Él, sin embargo, se quedó ahí parado ,observando cómo se escapaba aquella chica tan singular.


Los días pasaron, Mayo se volvió caluroso , las rosas florecían en París.
Ambos dos continuaron con sus vidas sin saber aún que el destino les tenía algo preparado.


Se encontraron varias veces más en el mismo vagón, a la misma hora , cuando la oscuridad se apoderaba de la ciudad y comenzaba un nuevo día para el nocturno París.


Otra noche más, caminaron paralelos , entrando en el mismo vagón,  cada uno por su lado , jugando  a sostener la mirada.Ella sobre sus ojos azules, él sobre los suyos marrones.Conversando alegremente utilizando el silencio, descubriéndose el uno al otro a través de miradas.De pronto la luz desapareció y el vagón dejó de avanzar. Esa noche nadie más compartía el viaje subterráneo con ellos.Ella se movió caminando lentamente hacia la mitad del vagón. Él correspondió con el mismo movimiento.
Tardaron minutos en encontrarse en medio de la oscuridad.Acercaron sus cuerpos.Él pudo apreciar el aroma a café que ella desprendía, ella pudo percibir las manchas de pintura en sus manos.
Se acercaron más, respiraron y sus labios se rozaron con timidez.El beso se prolongó ganando en pasión pero también en dulzura, culminando cuando la luz hizo su reaparición estelar.
Se separaron , rieron y se miraron fijamente por unos minutos
Ella cogió aire y susurró :
-Un beso perfecto.
Se separó de él, caminó hacia la puerta del vagón y se bajó dedicándole una última sonrisa.
Las puertas se cerraron separando a los dos amantes. Ella se dió la vuelta y articuló lo que él entendió por un simple ‘ te qui-ero’.
El vagón avanzó al igual que las vidas de los que segundos antes habían compartido un cálido beso.


Sin duda aquella singular parisina era la mujer de su vida, pensó el joven pintor.
A partir de ese día él volvió al mismo vagón, una y otra vez, pero ella desapareció sin dejar rastro, como si nunca hubiese existido.


La locura y la desesperación se empezaron a apoderar de él . Estaba seguro de que no podía vivir sin aquella chica .


Otra noche más entró en la boca del metro. Era viernes , y la subtierra parisina estaba vacía.
Se acercó a su habitual parada y la vio. Su larga melena brillante, su figura esbelta y curvilínea y su olor a café.
El corazón le empezó a palpitar fuerte, por fin la había encontrado, esta vez no la dejaría escapar.
Ella desvió la mirada del andén oscuro y le vió ahí .Seguía, con sus perfecto pelo rubio despeinado, sus ojos azules que la miraban penetrante e incluso podía percibir el olor a aguarrás que desprendía.
Se alegró al verle,esta vez no iba a escapar. Durante el tiempo en que había sido huérfana de su sonrisa había comprendido que lo que había articulado aquella noche tras la ventanilla del tren era algo real.
Realmente se había enamorado profundamente del chico que la observaba durante las tristes noches de entre semana en aquel vagón gris e incómodo.


De pronto , él lo vió y su corazón se aceleró.


El miedo invadió su cuerpo y empezó a correr hacia donde ella se encontraba.


Ella desconcertada sintió como tiraban fuertemente de su bolso y gritaban en un francés vulgar algo que no logró comprender.


Intentó defenderse , pero algo punzante atravesó su cuerpo y frenó sus movimientos.
Al principio no sintió dolor, pero su cuerpo desfalleció sin más,se sintió débil por un instante, y luego notó el escurridizo líquido rojo escapar de su cuerpo empapando el vestido de flores que tanto le gustaba.


Él gritó y se apresuró a coger el cuerpo de ella intentando amortiguar el golpe. Buscó la herida y la tapó con sus manos.
Ella sintió que la cogían,amortiguando su caída y por una vez en su vida se sintió segura. Observó huir una estrecha figura con su bolso en las manos.
Desvió su mirada y se encontró con los ojos azules que amaba, en ese momento había alcanzado la felicidad.
Sus pulmones se volvieron débiles y cada vez le costaba más y más respirar.Su corazón se volvió fuerte e imaginó una casa con jardín y una niña de larga melena morena con unos increíbles ojos azules que la llamaba mamá.
Inspiró lo que sería su último aliento y pronunció las palabras que siempre había temido a decir en voz alta.
-J’ai t’aime.
Sintió una lágrima resbalar desde el rostro de él y mientras sus ojos se cerraban lentamente , para no volver a abrirse nunca más,consiguió captar una a una las letras de un ‘j’ai t’aime beaucoup’ plagado de sinceridad y de dolor.
Se hundió en un profundo sueño y no volvió a despertar.


Él dominado por la rabia y el dolor, miró sus manos en las que se mezclaban los colores grises de su último cuadro con la sangre de Julieta.


-La amo, susurró.-Siempre lo haré.


El tren se acercaba, podía oír el tintineo de las vías , ya no había vuelta atrás.

Y como buen Romeo, ante la pérdida de Julieta, se precipitó a las vías mientras recordaba la dulce sonrisa que una noche como esa había aparecido para dejar huella.

  Andrea

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Romeo y Julieta  en el siglo XXI (resumen)


-Se trata de dos jóvenes universitarios.
-Familia italiana porque utilizan la familia de ella sicarios para matarlo a él
dos bandas de sicarios rivales las dos familias

Se comienza un nuevo curso en la universidad (La Sapienza de Roma).  Él (Romeo) y ella (Julieta), coinciden en la misma clase, a simple vista se ha enamorado de ella, y hace todo lo posible para poder pasar un rato con ella, estar con ella, que se enamore de él.


Ella excelente en todas las asignaturas, en cambio él con malas notas, aprovecha de ello, para que ella pudiese dar clase particulares, de esta manera puede pasar momentos solos con ella, en eso momentos él le cuenta lo que realmente lo que siente por ella, ella sorprendida, y feliz porque en realidad a ella también le gustaba. Comenzaron a  salir, pasan momentos geniales juntos, hasta que un día se encuentra a los padre de Julieta.


Julieta presenta a sus padre Romeo,a simple vista, les parece que es un buen chico para preocuparse de su hija. Días después los padre de JUlieta comenzaron a buscar los dato de Romeo, para conocerlo mejor .En el mismo momento los padre de Romeo, también están buscando los datos de Julieta para visitar a su familia, pero cuando las dos familias, vieron los datos, negaron estuviesen juntos, y dijeron que eran imposible que pudiesen estar juntos.

El padre de Julieta hace todo lo posible para separarlos, como ve que es imposible, mandan a sus súbditos matar  a Romeo. Julieta se enteró a lo que ocurrió, no pudo creer que fuese verdad, llegó hasta donde está Romeo,y se suicida,  por no poder vivir sola en el mundo sin él.


  Lola

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Falú y Susana.


El verdadero amor se encuentra reflejado en la historia de Falú y Susana, una pareja dispuesta a todo para seguir juntos. Él se encuentra en una situación difícil, Susana es rechaza por su familia y de ninguna manera son capaces de aceptarla, pero, esta situación no impide que sigan con su relación. En una tarde en las que ellos se encuentran paseando son vistos por la hermana de Falú pero no viceversa. Al llegar a casa Falú es castigado y se lo cuenta a Susana, ésta decide ir a verlo a escondidas a pesar de las consecuencias a las que se enfrentan si sus padres se enteran. Al cabo de unas semana Susana recibe una llamada de Falú, y este le dice que le obligan a ir a Brasil durante un tiempo para que se olvide de ella. Susana tras la noticia, angustiada, se lo cuenta a sus padres ya que no sabía qué hacer, ella lo único que quería era estar en todo momento con él. Susana en un arrebato al no ver ningún interés por parte de él para quedarse, decide intentar ignorarlo para llamar su atención. Falú al darse cuenta de ello, se enfrenta a sus padres y les dice que se va a quedar aquí, porque quiere estar donde ella esté, y que nadie ni ellos le va a separar de Susana. Una vez que consigue quedarse aquí y estar con ella, deciden realizar un viaje juntos. Cuando llega el día Susana coje el bus para ir a buscar a Falú, pero… sufren un accidente en el que ella fallece. Falú al darse cuenta de su retraso, decide ir a su casa para ver si se encontraba allí, pero le dicen que hacía una hora que había salido para coger el bus para recogerlo. Justo en ese momento, los padres reciben una llamada en la que le comentan la fatal noticia, Falú sale corriendo lleno de lágrimas, sin orientación, sin saber a donde ir, ni en quién apoyarse ya que había perdido también a su familia. Se sentía solo por lo que decidió suicidarse.
                                                      Tania Huerga


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Romeo y Julieta:

Situémonos en Nueva York y pensemos en la alta sociedad de la ciudad. Un círculo en el que todo lo que importa son la apariencia, las relaciones y el dinero. ¿Qué pasa cuando Robert, hijo de los dueños de una importante empresa musical, conoce a Julie, hija de la competencia?
Ambas familias siempre enfrentadas por conseguir los mejores artistas, las mayores ventas, el dinero y los negocios.
  Todo ocurrió en uno de los tan adorados actos benéficos de este círculo social, más interesados en la imagen pública que en la verdadera causa por la que se se realiza la reunión. Unas doscientas personas vestidas elegantemente, con trajes y vestidos que cuestan más dinero del que probablemente aportarían al acto.
Julie, sentada en una de las mesas junto a sus padres con su vestido de Chanel, se mantenía al margen de la conversación en la mesa, mirando fijamente a un punto cualquiera y deseando que el evento se terminase y pudiera volver a casa.
Robert, a tres mesas de distancia, hablaba con uno de sus amigos sobre una de las últimas adquisiciones de la empresa de sus padres, de la que él mismo se haría cargo algún día.
   El tiempo pasaba pero el ambiente era el mismo, y Julie, cansada y aburrida, decidió ausentarse para ir al servicio y aprovechar para dar una vuelta por la sala. Pasando por delante de la mesa de Robert, éste no puedo evitar desviarse de la conversación para mirar a la preciosa chica que pasaba a su lado. No la había visto durante todo el tiempo que había pasado allí y eso le hizo pensar que tal vez había estado demasiado sumido en la conversación con su amigo, pues no era habitual que una chica como aquella pasase desapercibida para él. Posiblemente nunca hubiese visto nada igual. El pelo azabache posado sobre sus hombros, los ojos miel brillando con el reflejo de la luz y el vestido blanco por encima de la rodilla que resaltaba su figura y, aunque no estuviera sonriendo, podía asegurar que su sonrisa era preciosa.  Ignorando a su amigo, que parecía haberse dado cuenta de la falta de atención, se levantó para acercarse a la chica y, no muy sutilmente, se “chocó” ligeramente con ella, llamando la atención de esta y haciendo que levantara la mirada unos centímetros, para poder verlo. Y en el momento en que Julie le vió, provocó en ella el mismo efecto que ella en él, y ambos sonrieron e intercambiaron sus nombres. Y a partir de ese momento hablaron, y se rieron, y bailaron, y a ninguno de los dos le importó lo que pasaba a su alrededor, porque en el momento en que se vieron por primera vez, supieron que se querían. Se le podría llamar “amor a primera vista”. Pero Robert no sabía quién era Julie, y Julie no sabía quién era Robert, y cuando los padres de ambos los vieron bailando y riendo y las miradas en sus ojos, las cosas se complicaron. La rivalidad entre las familias se interpuso y abandonaron la sala por separado, cada uno con su familia y en direcciones opuestas.
   Pero ninguno de los dos pensaba dar su brazo a torcer fácilmente, y se siguieron encontrando en secreto, escapando de casa y reuniéndose en lugares alejados de sus familias y de todo aquello que se interponía entre ellos. Todo fué bien durante un tiempo, pero llegó el día en que los padres de Julie le presentaron a Peter, el hijo de unos amigos, e intentaron emparejarlos, pero ante la negación rotunda de Julie, sus padres se extrañaron y, ante esto, uno de los días en que Julie se encontraba con Robert, su madre decidió seguirla. No se podría haber encontrado con mayor sorpresa al ver a su hija correr al encuentro de Robert, que la abrazaba y finalmente la besaba. Pero no hizo nada. No los intentó separar y ni siquiera se dieron cuenta de que ella había estado allí. Pero cuando Julie volvió a casa, sus padres la estaban esperando, y su sorpresa fue mayor al ver a Robert y sus padres entrando por la puerta.
   Ambas familias habían hablado y llegado al acuerdo de que esa relación no era posible y debía acabarse de inmediato. Los padres de Robert amenazaron con quitarle la herencia y el derecho a dirigir la empresa y los padres de Julie hicieron lo mismo. Ni Julie ni Robert estaban dispuestos a dejar su relación por sus familias, y menos por el dinero. Así que ambos dijeron que no les importaba lo que hiciesen, pero no podrían separarlos.
   Pero ellos no eran conscientes de lo que sus familias estaban dispuestas a hacer por evitar su relación y llegó el día en que Julie llegó a casa y vio sus maletas en la puerta. Sus padres habían decidido enviarla a un internado en Inglaterra y ella no podía hacer nada. Podría considerarse esta medida exagerada, pero la rivalidad y el odio entre las dos familias era tan grande que alcanzaba el punto en el que preferían separarse de su hija durante un tiempo a verla con Robert.
    Así que Julie se fue, sin tener siquiera la oportunidad de despedirse de Robert. Y este, al enterarse y sin poder hacer nada más que continuar con su vida, continuó con sus estudios y tras un tiempo, se puso al mando de las empresa de su familia.

   Pero ninguno de los dos consiguió olvidarse realmente del otro. Había días en los que el recuerdo era más débil, pero otros era como si minutos antes se  hubiesen visto en uno de los lugares donde solían reunirse.

              Carlota de la Vega

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 ''Hay quien decía que era grande y fuerte nuestro amor.
Y lo era igual que las Torres Gemelas, allá en Nueva York.''
La verdad es que ninguno pensó en tener algo así, si es que alguna vez significó algo más de lo usual. Jamás dirían que una canción significaría todo y a la vez al final no significara nada. Una de esas canciones que apenas empiezan ya tienes que pasarlas por miedo a recordar lo que ello conlleva y significa.
No fueron los versos de aquella canción ahora prohibida lo que hizo que se enamorasen (otra cosa es que se dieran cuenta o, mejor dicho, que ella se diera cuenta). Los principios de las historias son cuanto menos aburridos, son más interesantes los finales, qué duda cabe. Pero por suerte o por desgracia todo tiene un principio que más vale olvidar. 
Hace unos años parecería absurdo que dos personas se conocieran y entablaran amistad por cualquier red social y, actualmente, todavía chirría un poco ese hecho, pero ¿y una relación mínimamente estable? Pues bien, prosigamos, ambos dos se conocen, sí, no en persona. Digamos que empiezan a hablar a todas horas, en cualquier situación, llueva, truene, nieve, haya un terremoto o todo lo que se nos pase por la cabeza.
Por lo general no hay ningún problema, son personas con mismos gustos, mismas expresiones, mismos pensamientos y sería todo perfecto de no ser porque 
ambos viven en distintas ciudades norteñas. Aunque es una situación bastante difícil les da igual y deciden oponerse a cualquier obstáculo que se les presente.
''Hablo solo, bebo té, tomo notas para hacer de mi vida sin ti algo habitable.''
En esos versos ella se dio cuenta de que estaba totalmente enamorada de él y tuvo que decírselo.
''Me he acostado con música y ha empezado a sonar Nacho Vegas y me di cuenta de que te amo y de que te lo tenía que decir. Es una locura.''
Locura o no daba igual, siguieron su camino en conjunto a pesar de todas las oposiciones de todas las personas que se acercaban a ellos alegando locura e idiotez sin saber apenas lo mucho que se querían ambos dos, haciendo oídos sordos de todos sus argumentos.
Él había rechazado otra relación por la norteña, se enfadó con varios amigos y los dejó de lado como ella hizo con otros tantos. 
''Yo te quise, te quise tanto,
hasta que se me hubo agotado
mi amor por ti.''
Pasaron dos meses en absoluta tranquilidad, más o menos, pero el hecho de solo ser palabras dentro de una pantalla y no ser realidades como besos, caricias y demás cosas que se te vengan a la cabeza, hizo que, donde ya estaba la distancia, se alejaran más, metafóricamente. Las conversaciones eran cada vez más breves, cada vez más discusiones y demás tópicos...
Se querían más que a nada en el mundo, no hay ninguna duda, pero todo acaba cayendo en un momento u otro si día tras día algo hace que se mueva poco a pocoComo este último aspecto no era suficiente para quien quiera que organice todo eso, las críticas y los insultos contra esa relación. Ni las Torres Gemelas habían caído tan rápido como aquello en tan pocos segundos. Todo lo que estaba a favor se puso totalmente en contra y se vino abajo. Seguían siendo las mismas personas, con los mismos gustos, los mismos pensamientos, se querían igual que el primer día aunque no lo pareciera... 
Llegó el momento del final que parecía que nunca llegaría, él supuestamente iba a verla a otra ciudad norteña en la que ella veraneaba pero no pudo.
Ese fue el final, insultos entre ellos por mentirosos, por exagerados, por prometer cosas que ninguno ni otro podía prometer, por oportunidades que cada uno podía haber escogido y que eran mejores que esa, aunque fuera mentira. 
Meses de silencio en los que ella tuvo varias relaciones y él apenas una. Todo volvió a empezar con el mismo principio para acabar con el mismo final.
Se querían. Lo juro.

Nacho
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-Abre la boca- susurró delicadamente en mi oreja
Inmediatamente obedecí sin saber de qué se trataba ya que él me había puesto una venda en los ojos.
-Tienes que disfrutar de los pequeños placeres, ¿sabes que es?-
saboree suavemente, tenía un sabor muy intenso, extremadamente dulce,diría que me recordaba a el sabor de la miel. No sabía que podría ser aquella exquisita cosa...
-Esta delicioso Aslam, ¿qué es?- dije intrigada
-Se trata de un fruto seco autóctono llamado dátil, veo que te ha gustado-.
A continuación me quito la venda y lo próximo que pude ver fueron sus ojos color verde hierba y esa sonrisa dibujada en su rostro.
-No quiero que esto se acabe.. quiero quedarme aquí contigo en Tetuán- dije mirandole a los ojos
-Sabes que no iba a ser posible, mi familia es muy humilde y están esperando mis padres la oportunidad perfecta de casarme con alguna mujer-
Un duro e intragable nudo en la garganta se me formó al escuchar esas palabras, no quería hacerme a la idea pero tampoco tenia otra opcion.

Aslam procedía de una familia que se dedicaban a la venta de frutas en el mercado, donde el presupuesto que ganaban únicamente les servía para seguir viviendo y poder mantener el pequeño puesto en el zoco.
Salimos de nuestro pequeño escondite en el fondo del zoco y como de costumbre Aslam pasaba  cerca de su puesto para comprobar que todo estaba en pie.
Me acompañó al hotel donde me hospedaba y me juró con un maravilloso beso que mañana nos veríamos por la mañana.
La voz del almuédano citando versos del corán me despierta y me acerco a la ventana donde contemplo el amanecer en Tetuán.
Cuando acaba de sonar, me tumbo en la cama y saco el libro que alquile en la biblioteca de Londres, Romeo y Julieta de William Shakespeare.
Un amor trágico pienso, en cierto modo me siento identificada con el tema así que decido dejar de leer.

A casi dos días de irme de Tetuán Aslam, me lleva a sitios maravillosos con diversidad de colores, de olores desconocidos para mi… Me siento exhausta pero con ganas de seguir conociendo y más de pasar tiempo a su lado
-El dia que te vayas te acompañaré, quiero disfrutar de tu presencia hasta el último momento-
-Mi autobús sale a las cuatro, me encantaría que estuvieras...-

(PASADO UN DIA)
Solo me queda un dia en Tetuán y ya me ire de aqui… Nunca sabes que te depara el destino, y menos quién puede cruzarse en el tuyo. A Pesar de las dificultades que nuestras culturas tendrían al ser unidas no me importaba ,estaba dispuesta a arriesgar, a perderlo todo por él, a pasar el resto de mi vida a su lado, pero, a ¿quién pretendo engañar? se va a casar con otra mujer que ni siquiera conoce y mucho menos ama.
Paso mi ultimo dia con el, disfrutando de toda su esencia,  y antes de despedirnos me tiende su mano y me entrega una carta.
-Quiero que leas en cuando emprendas el viaje, quizá me sientas a tu lado de alguna manera-
Asiento mirándole a esos brillantes ojos
-Te echare de menos- le digo seguidamente
- Y yo a ti, mañana te esperaré en la marquesina , te prometo que estaré antes de que el autobús salga-
-No pienso irme sin despedirme de tí, te esperaré-

(AL DÍA SIGUIENTE)

Preparada ya para irme a Londres cojo mis cosas para dirigirme a coger el autobús que me llevara al aeropuerto.
Mientras espero en la marquesina a que Aslam cruce la esquina en mi mano izquierda sostengo la carta húmeda a causa del sudor que esta desprende..
La gente empieza a llegar, y la calle esta a rebosar, es domingo, el mercado estará lleno de gente me imagino..
El tiempo pasa y Aslam sigue sin aparecer y la gente empieza a subir en el autobús hasta quedarme yo sola en frente de la puerta
-Señorita no puedo perder la hora, ¿tiene pensado subir?-
-Sí, deme unos cinco minutos por favor estoy esperando a alguien que esta apunto de llegar- le contesto nerviosa
-Que esta apunto de llegar -me repito una y mil veces
La paciencia del conductor se acaba y me invita a subir o me quedo ahí y finalmente subo..
En cuanto el autobús llega al aeropuerto me sigo planteando cuál será la circunstancia por la que Aslam no pudo aparecer en aquel momento que él me había prometido..
Leo su carta, angustiada, enamorada, confusa y me quedo con la última frase de ella. “Ahora sé lo que es echar de menos a alguien, te quiero, siempre lo haré”


Lo que Sophia no sabía era que Aslam aquel día había abierto el puesto mucho antes para adelantar la venta y poder salir antes pero desgraciadamente cuando se dirigía de camino fue atropellado y murió en el acto… Esperemos que esto no acabe como el amor trágico de Romeo y Julieta.

Carlota Helguera.


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