lunes, 29 de febrero de 2016

poema pau Ricardo Reis Ven a sentarte conmigo, Lidia...



Ven a sentarte conmigo, Lidia...

Ven a sentarte conmigo, Lidia
a la orilla  del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos cogidos de la mano.
(Enlacemos las manos.)
Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.
Desenlacemos las manos,
que no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.
Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar.
 Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
mas que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.
Cojamos flores, cógelas tú y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.
Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.
Y si antes que yo llevases el óbolo
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de ti me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo.


Cuestiones

-Ricardo Reis es clasicista: arguméntalo en este poema
-¿Qué visión de la vida transmite?
-Analiza las dos referencias al río/laguna
-¿que tipo de Amor presenta?
-¿Qué significa el verso 
"paganos inocentes de la decadencia"?.
-Elige tu verso
-Taller : replica de Lidia (u Ofelia)
-Lee el poema de abajo: en qué se parece al de Pessoa






Cabo Sounion


Al pasar de los años,
¿qué sentiré leyendo estos poemas
de amor que ahora te escribo?
Me lo pregunto porque está desnuda
la historia de mi vida frente a mí,
en este amanecer de intimidad,
cuando la luz es inmediata y roja
y yo soy el que soy
y las palabras
conservan el calor del cuerpo que las dice.
Serán memoria y piel de mi presente
o sólo humillación, herida intacta.
Pero al correr del tiempo,
cuando el dolor y dicha se agoten con nosotros,
quisiera que estos versos derrotados
tuviesen la emoción
y la tranquilidad de las ruinas clásicas.
Que la palabra siempre, sumergida en la hierba,
despunte con el cuerpo medio roto,
con el amor, como un friso desgastado,
conserve dignidad contra el azul del cielo
y que en el mármol frío de una pasión antigua
los viajeros románticos afirmen
el homenaje de su nombre,
al comprender la suerte tan frágil de vivir,
los ojos que acertaron a cruzarse
en la infinita soledad del tiempo.

Luis García Montero


Y este otro, complementario,de Luis Cernuda



Soliloquio del farero

Cómo llenarte, soledad,
Sino contigo misma.
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
Quieto en ángulo oscuro,
Buscaba en ti, encendida guirnalda,
Mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
Y en ti los vislumbraba,
Naturales y exactos, también libres y fieles,
A semejanza mía,
A semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
Como quien busca amigos o ignorados amantes;
Diverso con el mundo,
Fui luz serena y anhelo desbocado,
Y en la lluvia sombría o en el sol evidente
Quería una verdad que a ti te traicionase,
Olvidando en mi afán
Cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
Con nubes sobre nubes de otoño desbordado
La luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
Te negué por bien poco;
Por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
Por quietas amistades de sillón y de gesto,
Por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
Por los viejos placeres prohibidos,
Como los permitidos nauseabundos,
Otiles solamente para el elegante salón susurrado,
En bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
Que yo fui,
Que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
Limpios de otro deseo,
El sol, mi dios, la noche rumorosa,
La lluvia, intimidad de siempre,
El bosque y su alentar pagano,
El mar, el mar como su nombre hermoso;
Y sobre todos ellos,
Cuerpo oscuro y esbelto,
Te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
Y tú me das fuerza y debilidad
Como al ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
Oigo sus oscuras imprecaciones,
Contemplo sus blancas caricias;
Y erguido desde cuna vigilante
Soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los
    hombres,
Por quienes vivo, aun cuando no los vea;
Y así, lejos de ellos,
Ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
Roncas y violentas como el mar, mi morada,
Puras ante la espera de una revolución ardiente
O rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
Cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
Transparente pasión, mi soledad de siempre,
Eres inmenso abrazo;
El sol, el mar,
La oscuridad, la estepa,
El hombre y su deseo,
La airada muchedumbre,
¿Qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
En ti, mi soledad, los amo ahora.
(Invocaciones)




jueves, 25 de febrero de 2016

Ricardo arjona La canción de los jueves

Fuiste tú, Ricardo Arjona y Gaby Moreno.


Édgar Ricardo Arjona Morales, conocido artísticamente como Ricardo Arjona nació en Guatemala el 19 de enero de 1964. Muy famoso por su estilo lírico, aborda con frecuencia temas de amor y temas sociales de todo tipo. Su música varía desde baladas a pop rock.

Gaby Moreno nació en la Ciudad de Guatemala el 16 de diciembre de 1981. Es una cantautora y guitarrista guatemalteca. Su música se ha inspirado en el blues, jazz, soul y R&B.

LETRA:

Fuiste tú,
Tenerte fue una foto tuya puesta en mi cartera,
un beso y verte hacer pequeño por la carretera.
Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía,
lo mío fue aceptarlo todo porque te quería.
Verte llegar fue luz, verte partir un blues.

Fuiste tú,
de más está decir que sobra decir tantas cosas,
o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas.
Jamás te dije una mentira o te inventé un chantaje,
las nubes grises también forman parte de paisaje.
Y no me veas así, si hubo un culpable aquí?
Fuiste tú.

(Coro)
Que fácil fue tocar el cielo la primera vez,
cuando los besos fueron el motor de arranque,
que encendió la luz que hoy se desaparece.

Así se disfraza el amor para su conveniencia,
aceptando todo sin hacer preguntas,
y dejando al tiempo la estocada a muerte.
Nada más que decir,
sólo queda insistir?


Fuiste tú,
la luz de neón del barrio sabe que estoy tan cansada,
me ha visto caminar descalza por la madrugada.
Estoy en medio del que soy y del que tú quisieras,
queriendo despertar pensando como no quisiera.
Y no me veas así, si hubo un culpable aquí?
Fuiste tú.


Me gusta esta canción porque…

Es muy compleja. En un primer momento, esta canción apenas me causó interés, pero tras escucharla en varias ocasiones concretas de mi vida, llegó a ser muy especial para mí. En esta canción los artistas abordan el tema del desamor.

Versos magistrales como:

“de más está decir que sobra decir tantas cosas,
o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas.
Jamás te dije una mentira o te inventé un chantaje,
las nubes grises también forman parte de paisaje.”

miércoles, 17 de febrero de 2016

Patti Smith, poeta

Patti Smith


.
Cantante, compositora, poeta, artista provocadora, chamán del rock, activista política y social, icono punk de los 70, musa de grandes e irreverentes artistas, fotógrafa en blanco y negro, definida como «una de las pop stars y poetas más brillantemente dotadas desde Bob Dylan», Patti Smith es orín y azúcar, es miedo y siesta.
Muchas de sus canciones son fruto de su pasión inagotable por la escritura, que la conduce también a escribir poemas, prosas y reflexiones en carne viva, como queda muy claro, o muy oscuro, cuando uno se pelea con 'Babel' (Anagrama), antología de canciones, poemas y prosas. En 'Babel' sobrevuelan William Blake, Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont, Bataille, ¡Genet!, e incluso Artaud. Patti Smith sirve en bandeja a sus seguidores su mente alucinada, su obsesión por el amor, el sexo, y la muerte; su brutal necesidad de ser libre para vivir intensamente, sus dolores y su falta de pudor a la hora de mostrarse obscena.
“Fue el verano en que Jimi Hendrix prendió fuego a su guitarra en Monterrey… Fue el verano del amor. Y en aquel clima cambiante e inhóspito, un encuentro casual cambió el curso de mi vida: fue el verano en que conocí a Robert Mapplethorpe”.
Se conocieron en el mes de julio de 1967, cuando eran unos niños, pero a partir de entonces Patti Smith -icono de la cultura pop-, y Robert Mapplethorpe, -el fotógrafo que triunfaría con sus trabajos polémicos en todo el mundo occidental a finales del siglo pasado- sellaron una amistad que sólo acabaría con la muerte del gran fotógrafo, en 1989. De eso habla este espléndido libro de memorias, de la vida en común de dos artistas, los dos entusiastas y apasionados, que cruzaron a grandes pasos la periferia de Nueva York para llegar hasta el centro neurálgico del nuevo arte.
Hija de una familia humilde, Smith tuvo que dejar la universidad para entrar a trabajar en una fábrica, pero siempre fue una ávida lectora y la poesía de Rimbaud marcó su vida y su carrera. La amistad con Mapplethorpe nació cuando los dos jóvenes buscaban una manera de expresar su vena artística, y la amistad entre ellos llegó al punto de que Smith dijo haberse casado con él para disimular la homosexualidad de Robert. A lo largo del libro, paseamos con los dos protagonistas por las calles de Nueva York a finales de los setenta y principios de los ochenta, un mundo ya perdido donde circulaban Allen Ginsberg, Andy Warhol y sus chicos, y se creaban las grandes bandas de música que marcaron los años finales del siglo XX, mientras el sida hacía estragos.
Lejos de ser un libro triste y nostálgico, Éramos unos niños es un texto cargado de vitalidad, de humor, que muestra la importancia de la amistad sin caer en el sensacionalismo. Sus páginas, cargadas de vitalidad y humor, nos devuelve el sabor de esa gran ciudad donde hubo un tiempo en el que casi todo era posible.
Eramos unos niños es una oda a Mapplethorpe, pero también es una carta de amor al arte de los años setenta en Nueva York. 
Ala muerte de su amigo escribió
“He vivido para el amor, he vivido para el arte”



BECAUSE THE NIGHT - PATTI SMITH

Take me now baby here as I am ----------->Tómame ahora cariño, aquí como estoy
pull me close, try and understand-------->acércame a ti, intenta entender
desire is hunger is the fire I breathe--->el deseo es el hambre, es el fuego que        respiro
love is a banquet on which we feed.------>el amor es un banquete donde nos alimentamos.

Come on now try and understand----------->Vamos, ahora intenta entender
the way I feel when I'm in your hands---->como me siento cuando estoy en tus brazos
take my hand come undercover------------->toma mi mano descúbrete
they can't hurt you now,----------------->no pueden hacerte daño ahora,
can't hurt you now, can't hurt you now--->no pueden dañarte, no pueden hacerte daño,
because the night belongs to lovers------>porque la noche pertenece a los amantes
because the night belongs to love-------->porque la noche pertenece al amor
because the night belongs to lovers------>porque la noche pertenece a los amantes
because the night belongs to love.------->porque la noche pertenece al amor.

Have I doubt when I'm alone-------------->Cuando estoy sola, dudo
love is a ring, the telephone------------>amor es una llamada al teléfono
love is an angel disguised as lust------->amor es un ángel disfrazado de lujuria
here in our bed until the morning comes-->aquí en nuestra cama llegará la mañana
come on now try and understand----------->vamos intenta entender
the way I feel under your hand----------->como me siento bajo tus brazos
take my hand as the sun descends--------->toma mi mano en el ocaso
they can't touch you now,---------------->no pueden tocarte ahora,
can't touch you now, can't touch you now->no pueden tocarte ahora, no pueden
because the night belongs to lovers...--->porque la noche pertence a los amantes...

With love we sleep----------------------->Dormimos con amor
with doubt the vicious circle------------>dudando en el círculo vicioso
turn and burns--------------------------->revolcándonos y ardiendo
without you I cannot live---------------->no puedo vivir sin ti
forgive, the yearning burning------------>perdona, mi ardiente deseo
I believe it's time,--------------------->creo que es un momento
to feel real----------------------------->para sentir realmente
so touch me now,------------------------->así que tómame ahora,
touch me now, touch me now--------------->tómame ahora, tómame ahora,
because the night belongs to lovers------>porque la noche pertenece a los amantes
because the night belongs to love-------->porque la noche pertenece al amor
because the night belongs to lovers------>porque la noche pertenece a los amantes
because the night belongs to love.------->porque la noche pertenece al amor.

Because me believe in the night with lovers-->Porque creo en la noche de amor
because me believe in the night with trust--->Porque creo en la noche verdadera
because the night belongs to lovers---------->porque la noche es de los amantes
because the night belongs to love.----------->porque la noche es para el amor.






Me gusta por la rabia de la canción, y porque plantea el tema del amor de manera inusual, con la noche como cómplice y con versos como “amor es una llamada al teléfono” o
“amor es un ángel disfrazado de lujuria”
 



lunes, 15 de febrero de 2016

Un artista del hambre Kafka

Franz Kafka - Un artista del hambre


Un artista del hambre  Léelo aquí

Lee el relato y responde a esta cuestión:
Los escritod de Kafka suelen ser parábolas ¿Qué crees que nos quiere decir con este relato?


miércoles, 10 de febrero de 2016

Kafka, la niña y la muñeca viajera

 
Kafka, la niña y la muñeca viajera
Historia extraída del libro de Paul Auster “Brooklyn Follies” Ed. Anagrama, pag. 159-161. 2005
“- Vale. Cuéntame ya esa historia.
- De acuerdo. Esa historia. La historia de la muñeca… Estamos en el último año de la vida de Kafka, que se ha enamorado de Dora Diamant, una chica polaca de diecinueve o veinte años de familia hasídica que se ha fugado de casa y ahora vive en Berlín. Tiene la mitad de años que él, pero es quien le infunde valor para salir de Praga, algo que Kafka desea hacer desde hace mucho, y se convierte en la primera y única mujer con quien Kafka vivirá jamás. Llega a Berlín en el otoño de 1923 y muere la primavera siguiente, pero esos últimos meses son probablemente los más felices de su vida. A pesar de su deteriorada salud. A pesar de las condiciones sociales de Berlín: escasez de alimentos, disturbios políticos, la peor inflación de la historia de Alemania. Pese a ser plenamente consciente de que tiene los días contados.
Todas las tardes, Kafka sale a dar un paseo por el parque. La mayoría de las veces, Dora lo acompaña. Un día, se encuentra con una niña pequeña que está llorando a lágrima viva. Kafka le pregunta qué le ocurre, y ella contesta que ha perdido su muñeca. Él se pone inmediatamente a inventar un cuento para explicarle lo que ha pasado. “Tu muñeca ha salido de viaje”, le dice. “¿Y tú cómo lo sabes?”, le pregunta la niña. “Porque me ha escrito una carta”, responde Kafka. La niña parece recelosa. “¿Tienes ahí la carta?”, pregunta ella. “No, lo siento”, dice él, “me la he dejado en casa sin darme cuenta, pero mañana te la traigo.” Es tan persuasivo, que la niña ya no sabe qué pensar. ¿Es posible que ese hombre misterioso esté diciendo la verdad?
Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve como se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensión que cuando compone su propia obra. No es cuestión de defraudar a la niña. La situación requiere un verdadero trabajo literario, y está resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podrá sustituir la muñeca perdida por una realidad diferente; falsa, quizá, pero verdadera en cierto modo y verosímil según las leyes de la ficción.
Al día siguiente, Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La niña lo está esperando, y como todavía no sabe leer, él se la lee en voz alta. La muñeca lo lamenta mucho, pero está harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la niña, pero le hace falta un cambio de aires y por tanto deben separarse durante una temporada. La muñeca promete entonces a la niña que le escribirá todos los días y la mantendrá al corriente de todas sus actividades.
Ahí es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increíble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada día, única y exclusivamente para consolar a la niña, que resulta ser una completa desconocida para él, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque. ¿Qué clase de persona hace una cosa así? Y cumple su compromiso durante tres semanas, Nathan. Tres semanas. Uno de los escritores más geniales que han existido jamás sacrificando su tiempo (su precioso tiempo que va menguando cada vez más) para redactar cartas imaginarias de una muñeca perdida. Dora dice que escribía cada frase prestando una tremenda atención al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo característico, y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer otra carta a la niña. La muñeca crece, va al colegio, conoce otra gente. Sigue dando a la niña garantías de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa. Poco a poco, Kafka va preparando a la niña para el momento en que la muñeca desaparezca de su vida por siempre jamás. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, si no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la muñeca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la muñeca vive ahora con su marido. Y entonces, en la última línea, la muñeca se despide de su antigua y querida amiga.
Para entonces, claro está, la niña ya no echa de menos a la muñeca. Kafka le ha dado otra cosa a cambio, y cuando concluyen estas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La niña tiene la historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.”


Qué prueba más emocionante de extrema solidaridad y valor ético procurar el alivio al dolor de otro ser humano, la consolación por el uso libérrimo de las palabras, por la literatura! Las cartas se han perdido. Paul Auster confesó a Tomás Eloy Martínez que la de la muñeca no es una historia inventada, sino que la cuenta en sus memorias una hija de Dora, la muchacha que acompañó a Kafka en la etapa final de su vida y quien le había movido a regresar a Praga.
 
Esta misma historia –verídica- le sirve a  Jordi Sierra i Fabra para elaborar su novela Kafka y la muñeca viajera (2011)